No soy muy olvidadizo y es raro que pierda nada, pero hace unas semanas mi móvil desapareció. Y digo desapareció porque ni en el momento, ni después cuando finalmente lo recuperé, tuve muy claro si me lo habían robado o lo había perdido.
Había quedado con los amigos para tomar algo. Lo que en principio era una simple copa, luego paso a tres. Generalmente guardo el teléfono en el bolsillo del pantalón, pero a veces si vuelvo de trabajar lo dejo en la maleta de mano, para estar un rato tranquilo y no consultarlo todo el rato. Tal vez no sea una buena costumbre, pero hasta ahora nunca había tenido ningún problema.
Hacía dos semanas que había cambiado de teléfono. Me pasé a iPhone después de estar bastante tiempo con Android, sobre todo con móviles LG. A la hora de comprar, un amigo me recomendó asegurar telefono movil. Me dijo que se iba a invertir en una iPhone, debía tenerlo en cuenta, porque no hay cosa que moleste más que comprar un móvil nuevo y caro y perderlo. Pero finalmente no lo aseguré porque, como dije, es rarísimo que pierda o me roben cosas. Hasta aquel día…
Cuando iba hacia casa en metro, eché un vistazo a la maleta y no encontré el móvil. Me registré los bolsillos y nada. Entonces empecé a dudar: ¿lo habré sacado después de meterlo en la maleta? ¿Se me habrá caído en algún momento?
A la mañana siguiente, muy temprano, me acordé de la función Buscar mi iPhone y la puse en marcha. El móvil aparecía en un sitio que no había estado. Y entonces pensé en lo de asegurar telefono movil. Pero luego recordé que podía bloquearlo de forma remota para evitar que alguien pudiera acceder a información. Pocos minutos más tarde el móvil cambio de ubicación a un local en el que sí había estado. Todo muy extraño.
Cuando me acerqué un poco más tarde al bar en el que se suponía estaba el teléfono, el camarero me dijo que alguien ‘sin identificar’ lo había dejado allí… Un misterio, pero yo recuperé el terminal.