Los pescados ricos en proteinas son la base de muchas dietas saludables. Las proteínas de origen animal pueden tener diferentes procedencias, pero las que vienen del pescado son de las más saludables. Los motivos son los siguientes:
-Tras las proteínas de la clara del huevo, se consideran las que mejor satisfacen las necesidades del cuerpo. Los estudios de nutricionistas avalan las proteínas del pescado como proteínas de gran calidad que van a darle a nuestro organismo todo lo que necesita para poder cumplir sus funciones.
-El pescado no tiene grasas perjudiciales. Al contrario que sucede con las carnes, en las que hay grasas buenas y grasas malas, la grasa del pescado no tiene problemas para nuestras arterias. Especialmente buenas son las grasas Omega 3, una gran arma en contra del deterioro cognitivo.
-Contiene muchas vitaminas. Además de las que contiene la carne, el pescado también aporta otras vitaminas y minerales a mayores.
Como nada es perfecto, el pescado también tiene ciertos problemas, como por ejemplo los niveles de mercurio que presentan las especies de mayor tamaño. Por este motivo se recomienda comer pescados de pequeño tamaño, como lubinas, doradas o similares y reducir el consumo de grandes piezas como los atunes. No se trata de no comerlos nunca, pero sí de hacerlo de forma más espaciada.
La elaboración del pescado también es importante, ya que si se fríe y se reboza se están añadiendo grasas y muchas calorías innecesarias. Acostumbrar a los niños al auténtico sabor del pescado desde que son pequeños es muy importante para que se acostumbren a comer de todo.
Las formas más saludables de tomar el pescado son a la plancha y al vapor. Hay que evitar cocerlo mucho ya que el pescado excesivamente cocinado puede perder parte de sus vitaminas. El pescado al vapor, cocinado al horno sin aceites o al papillote es muy sabroso y es apto para dietas de adelgazamiento.
En cuanto al pescado crudo, utilizado tradicionalmente para cocinar sushi y similares, hay que tener la precaución de congelarlo antes debido al parásito anisakis. Si se congela debidamente el pescado manteniéndolo congelado una semana en cualquier congelador casero, puede consumirse crudo sin ningún riesgo para la salud, disfrutando de todo su sabor y manteniendo sus cualidades.
Dada la gran variedad de pescados que se pueden encontrar en nuestros mercados, es fácil consumirlo tres o cuatro veces a la semana tal como recomiendan los nutricionistas.