Para muchos estudiantes de cine el sueño es convertirse en un director de éxito, con reconocimiento internacional y con una personalidad propia. Un director versátil que sea capaz de tener éxito tanto en la gran pantalla como si quiere adentrarse en la pequeña pantalla ahora que muchos directores han probado suerte con series en las diferentes plataformas de streaming.

En el título de este artículo ponemos el ejemplo de Alex de la Iglesia porque es uno de los últimos ejemplos de director de renombre que consigue triunfar en ambos medios, pero ni mucho menos es el único ejemplo.

El primer paso para poder llegar a ser director de cine es cursar un grado en cine para, a continuación, realizar el Master en Dirección de Cine en Madrid con el que se consigue la especialización en este terreno. El máster es una preparación especializada en la que se combina el conocimiento teórico con la práctica para que el alumno salga sabiendo perfectamente cómo desarrollar el trabajo.

A lo largo de un máster es habitual que participen diferentes directores de renombre que explican a los alumnos sus experiencias y algunos trucos del oficio que pueden resultar muy útil. Este tipo de clases magistrales o de pequeños talleres prácticos en algunas ocasiones, son una de las partes del curso más apreciadas por los alumnos, porque los ponen en contacto directo con el mundo del cine.

No obstante, los profesores que ofrecen este tipo de cursos suelen ser personas con experiencia en el mundo del cine y de la enseñanza, por lo que la formación es de muy alta calidad y los alumnos salen preparados para enfrentarse al auténtico mundo laboral. Y esta es la principal diferencia entre un grado, en el que se ofrece una visión más global del mundo del cine, con un master que te especializa en un terreno y te prepara para salir a trabajar.

Algunos master cuentan con tanto prestigio que productoras muy importantes están a la espera para captar a los alumnos más brillantes para trabajar con ellos y de esta manera poder tener en nómina a los mejores de su campo. Se les ofrece la oportunidad de trabajar y aprender todo lo que no se puede estudiar y que solo se aprende en el día a día de la profesión.

Por cierto, tras un master y un poco de experiencia, no necesitarás ser el próximo nadie, porque habrás aprendido a dar una personalidad y carácter propio a tu obra.