Volvía en tren a casa en un viaje bastante largo y aburrido. Tras escuchar música y mirar el móvil me quedé mirando la pantalla del tren: era un documental sobre alimentación y deporte. No me interesa mucho ni lo uno ni lo otro, pero la alternativa era dormir y soy incapaz de dormir, si no es en una cama. Así que seguí viendo el documental y leyendo sus subtítulos (te cobran 90 euros por un viaje de ida y vuelta que discurre la mitad del trayecto a contramarcha y todavía no han sido capaces de instalar pantallas en el asiento como los autobuses o los aviones). 

El caso es que el tipo del documental se iba a Jamaica para tratar de descubrir el secreto del éxito de los velocistas de ese país que, desde hace años, son los mejores del mundo, liderados por el mítico Usain Bolt. El presentador empezaba hablando con un atleta amateur que decía ser vegano y que esa era una de las razones de su mejor rendimiento. Criticaba las carnes grasas y se declaraba animalista. Poco después, hacían una carrera solidaria de 10 kilómetros y el jamaicano “aplastaba” al presentador español.

Y entonces me puse a pensar en la posibilidad de adherirme al veganismo. No tengo nada mejor que hacer en los próximos meses y, la verdad, estoy bastante cansado de mi alimentación y me siento cansado… en general. La mayoría de los veganos defienden su opción alimenticia con tanto ardor y decisión que contagia: es como si el resto de los mortales que aún comemos carnes grasas nos estuviésemos perdiendo lo mejor de la vida. 

El corredor jamaicano que se ganaba la vida como una especie de gurú de estilo de vida se le iluminaba la cara cuando hablaba de su veganismo. La verdad es que no sabías cuánto de humo había sus palabras, como buen gurú, pero también, como buen gurú, te iba camelando poco a poco hasta sentir que debes intentar seguir sus consejos.

Y después de dos horas y media a contramarcha en el tren salí de allí decidido a ser vegano… hasta que en la tasca de la esquina donde la estación me pusieron unos torreznos con la caña. Se los dediqué al gurú jamaicano.