A la hora de escoger una Agencia publicidad es importante saber que no todas son iguales ni están especializadas en el mismo tipo de trabajo. Por eso, no se trata de escoger a la mejor de todas, sino a la mejor para nuestro tipo de negocio. Para eso, hay que tener en cuenta algunas claves, destacando entre todas ellas las 4 claves para escoger una agencia de publicidad que se cuentan a continuación:
-Que cuenten con experiencia en empresas similares. Cada empresa de publicidad está especializada en un tipo de trabajo. Las hay cuya especialidad son las PYMES y las hay que tienen por clientes a grandes empresas. Las hay que manejan varios idiomas y se mueven por medios internacionales y las que solo abarcan el territorio nacional. No necesitas la más completa, sino la que tenga más experiencia en tu tipo de empresa.
-Que ofrezcan todos los servicios que necesitamos. Trabajar con más de una empresa de publicidad es inviable y cambiar de empresa puede hacer que el trabajo se estanque o incluso que se acabe dando un paso atrás. Por eso hay que escoger una empresa que pueda ofrecer todo lo que necesitamos y también todo lo que pensemos que podemos necesitar a medio plazo. De esta forma, si todo sale bien, la colaboración será larga y fructífera.
-Que no nos cobren por servicios que no necesitamos. Del mismo modo que queremos que se nos ofrezca todo lo que precisamos es muy importante que no se nos cobre por lo que no queremos contratar. Por eso hay que escapar de las agencias que ofrecen packs estándar que incluyen una gran cantidad de servicios y que no es posible personalizar eliminando aquellos que no hacen falta y reduciendo el precio. Lo mejor es que la empresa permita elegir qué es lo que se quiere entre su cartera de servicios y que ofrezca un presupuesto personalizado.
-Que se establezca una buena relación personal. Cuando se trabaja con una agencia de publicidad es muy importante que esta entienda lo que se quiere transmitir y lo que se espera de ellos. Para eso es imprescindible que haya una buena conexión y que la relación sea muy fluida. Esto será imposible si los tiempos de respuesta de la empresa son demasiado largos, si como cliente no te sientes escuchado o si tienes la sensación de que se están hablando idiomas diferentes, algo frecuente cuando hay una gran diferencia generacional.