El salpicón de marisco es uno de los platos estrella en cualquier comida de verano. Muchas personas no lo hacen jamás en casa porque creen que es un plato caro o que necesita de mucha elaboración. Pero nada más lejos de la realidad.
Para empezar, no existe una receta del salpicón de marisco auténtico. Este plato se elabora con mariscos diferentes y cada persona puede elegir aquellos que más le gusten. No tiene por qué llevar nada en concreto o prescindir de un marisco que nos encante. Incluso se le puede añadir pescado. Nació como un plato de aprovechamiento, es decir, para dar salida a sobras de otras comidas y ese es su espíritu. Por eso, en muchas casas, tras una cena con mariscos, le sigue siempre una comida con salpicón.
Esta es nuestra propuesta de un salpicón muy sencillo y sabroso. Y no necesitarás sobras, porque podrás comprar todo lo que precisas a buen precio. Necesitas, en primer lugar, gamba pelada congelada y langostinos. Puedes conseguir ambas cosas crudas o cocidas. Si las compras cocidas te ahorrarás trabajo y tendrás el mismo resultado, así que esa es nuestra propuesta.
Pica cebollino, media cebolla o una cebolleta no demasiado ácida, la pela de una lima y un huevo cocido. Mezcla todo esto con las gambas y los langostinos y gambas que pueden ser enteros si son pequeños o cortados en trozos si son grandes. Adereza con una vinagreta suave y estará listo para servir.
Otra alternativa para este plato es utilizar también las sobras de algún pescado que se haya hecho para una comida. Los pescados blancos combinan, en general, muy bien con el salpicón, especialmente la merluza. Pero también el rape o incluso el bacalao fresco. Los mejillones naturales son también una buena alternativa para un salpicón, por su sabor intenso y su precio muy económico.
Con un salpicón, sea como sea, siempre vas a quedar muy bien con tus invitados, es un plato que gusta prácticamente a todo el mundo y que puedes dejar preparado desde el día anterior, sin aderezar, por lo que te vas a ahorrar mucho trabajo en el día de la comida. Es un excelente primer plato y combina tanto con un plato fuerte de carne como con uno de pescado. Y, como has visto, no hace falta ser un genio de la cocina para que salga bien.