Piel ecológica: Desde siempre, el hombre se ha vestido con pieles. Pero esto ha dejado de ser una necesidad para empezar a ser un lujo. Las pieles se usan porque son bonitas y gustan, no porque no haya alternativas.
Pero muchas especies de animales están en peligro de desaparecer debido a su codiciada piel y es por eso que se han buscado alternativas sostenibles a la piel natural. Y así es como surge la piel ecológica. Esta piel no es piel auténtica, es sintética. Pero su alta calidad y sus cuidados acabados hacen que sea muy difícil diferenciarla de la de un animal real.
caviar sostenible: Algunas especies de esturión se encuentran en la actualidad en peligro de extinción o ya han desaparecido. El motivo son sus preciadas huevas. Las hembras son capturadas justo cuando suben los ríos para desovar, lo que hace que no solo se elimine ese ejemplar, sino que además se impida la reproducción.
El caviar sostenible procede de piscifactorías en las que se crían esturiones para la extracción de las huevas. Se trata de un tipo de negocio que garantiza el suministro de caviar pero que contribuye a evitar la pesca ilegal y la progresiva desaparición de esta especie.
Frutas y verduras de la huerta ecológica: Las frutas y verduras que compramos en algunos establecimientos proceden de un tipo de agricultura excesivamente agresiva. Una agricultura que utiliza todo tipo de fertilizantes y de productos altamente contaminantes que se filtran y acaban en los depósitos de agua de la tierra o que son arrastrados por la lluvia o el riego hacia los ríos.
Las huertas ecológicas son aquellas que no utilizan estos fertilizantes nocivos para el medio ambiente y que no perjudican a otras especies animales ni vegetales. De paso, consumimos productos mucho más naturales, con todas sus vitaminas.
Bolsas reutilizables: Son, por supuesto, la alternativa a las bolsas de plástico de un solo uso, como mucho un par de ellos, de los supermercados. La contaminación por plástico está convirtiéndose en uno de los problemas más serios de nuestro planeta y es necesario tomar cartas en el asunto.
Existen islas de plástico del tamaño de la Península Ibérica flotando en el océano Pacífico y cientos de animales mueren a causa de que sus estómagos están repletos de este producto. Las bolsas reutilizables no solo van a ayudar a la naturaleza, también ayudan a la propia economía.