Unos dientes blancos son sinónimo de una boca bonita. Todos queremos tener una dentadura deslumbrante y por eso los trucos para blanquear los dientes están entre los más buscados de Google. Pero, ¿es seguro seguirlos? Lo cierto es que en muchos casos no, porque los consejos pueden hacer que los dientes se vean inicialmente más blancos, pero a costa de dañar el esmalte. Es el caso de quienes aconsejan lavarlos con mezclas de bicarbonato o sal que pueden arañar el esmalte y causar pequeñas erosiones que son invisibles a simple vista pero que se convierten en depósitos perfectos para residuos y que pueden llegar a aumentar la sensibilidad de las pieza.

También están los productos milagro como algunas férulas que se venden junto a cremas mágicas que blanquean los dientes. Generalmente, son productos que vienen de China y que no cumplen con las normas europeas sobre seguridad. No son productos que pasen controles y, en el mejor de los casos, puede tratarse de todo un timo y habremos gastado el dinero en algo que no sirve para nada. En el peor de los casos, puede ser un producto muy agresivo que cause daños irreversibles en el esmalte dental y que nos de problemas para el resto de nuestra vida.

Tenemos los dentífricos que nos venden en farmacias y supermercados. Generalmente, este tipo de productos no nos van a causar daños. Pueden hacer que tengamos una mayor sensibilidad, pero sin más problemas. Pero sus resultados no suelen ser milagrosos y logran blanquear nuestra sonrisa, todo lo más un par de tonos. Son perfectos para las manchas ligeras de café o de tabaco pero ineficaces para otro tipo de problemas o manchas intensas.

Si quieres blanquear tu sonrisa de una manera segura y visible acude a dentistas en Santiago de Compostela para que te aconsejen cuál es el mejor tratamiento en tu caso y ten en cuenta que si tus dientes no están manchados, sino que son de un color oscuro, lo más seguro es que la única solución que puedan proponerte es el uso de carillas para tapar tu tono real.

El color del esmalte de dientes puede verse alterado por medicamentos que pueden haber sido consumidos antes de que nacieran los dientes definitivos o incluso por la madre durante el embarazo. Y este tipo de color no responde a los tratamientos habituales para blanquear la dentadura.