El churrasco es uno de los platos estrella del verano. Un buen fuego en el que se asan costillas de cerdo hasta quedar bien tostaditas es, para muchos, un manjar que sabe a vacaciones y relax. Pero no todo el mundo dispone de un jardín para asar churrasco y cada vez son menos los espacios públicos en los que está permitido hacer fuego para poder cocinarlo al aire libre.
Quedan, pues, los chiringuitos y los locales de hostelería que cuentan con barbacoas y parrillas de gran tamaño para cocinar la carne en las brasas, a la manera más tradicional. Y la demanda de churrasco en verano es tan alta que a veces resulta complicado incluso encontrarlo en el mercado.
Contar con un distribuidor de cerdo congelado que ofrezca la costilla para churrasco a muy buen precio ofrece muchas ventajas para quienes llevan un negocio de este tipo. Para empezar, podrán tener siempre material disponible para sus clientes. Pero, además, no tendrán que comprar grandes cantidades sin saber si se van a vender o no, porque si en las comidas se vende más de lo esperado se puede retirar del congelador más material para la noche.
Esto permite poder reservar mesas para las cenas sin miedo a que se acabe el churrasco al mediodía y no haya para ofrecer a todos los clientes. Siempre estará disponible la carne y siempre será de la misma calidad.
Esta estabilidad en la calidad es muy importante, porque si se compra en el mercado, la carne puede variar en función de quién la proporcione. Si falla el habitual, se tendrá que comprar en otro lado y el producto puede verse comprometido. Esto se nota mucho en la carne pero también en otros productos que también se ofrecen congelados, como los chorizos.
Y si la calidad de comprometer, el precio también. Y podemos ver como en verano el precio de estos cortes de carne puede aumentar, sobre todo en fines de semana y en momentos de máximo movimiento de gente. Una carne que en general es muy económica puede llegar a costar bastante más cuando llega el buen tiempo y todo el mundo acude a comprarla para sus barbacoas.
Al comprar la carne congelada tendremos la garantía de que siempre va a ser carne de la misma calidad y que el precio será estable, por lo que se puede ofrecer un precio competitivo a los clientes.