En muchas cafeterías puedes ver envases de leche que están señalados como especial hostelería. Quizás te hayas preguntado si hay alguna diferencia entre esa leche que venden a la hostelería y la que tú compras en el supermercado para casa. Y tal vez, también te has preguntado por qué no se vende la leche de hostelería para todo el mundo.

Estas son las diferencias que habitualmente hay entre leche de hostelería y leche para uso doméstico:

-El envase. Además de poner hostelería, muchas marcas ahorran en el envasado para negocios. Saben que el empresario no va a buscar una botella muy atractiva, le da igual como luzca mientras pueda abaratar costes. Sin embargo, el consumidor es mucho más exigente con la apariencia de la botella o el grosor del envase.

-El contenido en grasa. Lo vemos mucho mejor con un ejemplo. La leche asturiana hosteleria es semidesnatada. Esto es lo habitual en todas las leches de hostelería. Pero mientras que la semidesnatada de uso doméstico tiene un 1,55% de materia grasa, la especial hostelería tiene un  1,8%. Este plus permite servir unos cafés más cremosos sin tener que utilizar leche entera con un 3,6% de materia grasa.

-Los tratamientos. La leche en un negocio se calienta a gran velocidad y mediante un sistema que no tenemos en los hogares. Podemos tener algo similar, pero no de la misma potencia que en un bar o en una cafetería. Además, es habitual que se caliente varias veces, ya que la leche que sobra en la jarra se mezcla con otra fría y se utiliza para más cafés.

Por eso, a menudo recibe un tratamiento extra que no es el mismo que se usa para la leche de casa, que no necesita tanta exigencia ya que no se utiliza del mismo modo.

Conociendo estas diferencias es fácil saber por qué no venden la leche de hostelería para los hogares y es porque se trata de un producto específico, pensado para cubrir una serie de necesidades que no existen en el hogar.

No hay pues ningún otro misterio detrás de la leche especial para hostelería. Si se prueban ambas, lo más seguro es que ni siquiera se perciban diferencias en el sabor, pero a la hora de trabajar, el profesional sí que va anotar diferencias sutiles pero apreciables en la calidad de los cafés que está sirviendo.